Chiribita es una palabra un poco antigua. El otro día, no recuerdo por qué, la dije. No sé de dónde salió, quizá de ese espacio donde se guardan las cosas que te gustan. Esta palabra me gusta mucho; es más, me encanta. Las chiribitas son chispas, partículas encendidas que, vagando en el interior de los ojos, ofuscan la vista. Eso dice el diccionario. Me sorprende el uso de la palabra «ofuscar» en la acepción.…Continúa leyendo Detrás de la palabra: Chiribita
Mes: mayo 2019
Detrás de la palabra: Intumescente
«La pintura intumescente es un sistema de protección pasiva contra los incendios. Esto significa que, aunque no ayudan a extinguir el fuego, sí reducen la magnitud de los daños y evitan desgracias personales. Al entrar en contacto con el fuego, esta pintura se hincha y se carboniza, formando una barrera aislante que protege la estructura. Se aplica principalmente sobre diversos elementos estructurales para protegerlos del calor en caso de incendio y prolongar el tiempo disponible para…Continúa leyendo Detrás de la palabra: Intumescente
Segunda persona
¿Quieres escucharlo? Había perdido la oportunidad de subir de nivel en la oficina y llevaba unas semanas un tanto deprimido. No tanto por seguir siendo un oficinista raso (lejos de molestarme, era un puesto donde encajaba perfectamente), sino por lo que eso implicaba en casa. Aunque Maribel me había consolado los primeros días, su mirada no conseguía contener la rabia que sentía. A veces, cuando me quedaba adormilado en el sofá, la sorprendía observándome…Continúa leyendo Segunda persona
Laberinto
Me interné en el laberinto como si fuera un juego. Estaba ahí, en mitad de esos hermosos jardines que rodean el palacio. Me pregunté cómo era posible que no lo conociera, que nadie me hubiera hablado de él, ni siquiera Darío, que es tan aficionado a ellos. Los laberintos siempre son atractivos, tienen ese lado mágico que nos lleva a tiempos remotos y olvidados; aquel estaba perfectamente cuidado. Sus paredes de seto eran mullidas y…Continúa leyendo Laberinto
La carta
Desde que descubrí la carta fui incapaz de separarme de ella durante unas semanas. La llevaba en mi bolso, la guardaba en la mesilla y alguna noche, incluso, la ponía debajo de la almohada. Era una carta preciosa. Una carta de amor que descubrí una tarde de invierno en lo alto del armario del trastero. Imagino que debía llevar ahí desde que nos mudamos tres años antes, cuando nació Lucía. Estaba dentro de un maletín…Continúa leyendo La carta